
Andas,
pálida blanquecina,
lustrosa piel de parafina,
con tus manos que no son,
con tus pasos que no suenan,
con los sueños que se van,
y las mañanas que no llegan,
Andas,
de silencio engalanada,
de vientos gélidos
y nubes cargadas,
tu presencia es esperada,
pero no bien recibida
Nadie,
te pregunta niña,
si te place la encomienda,
Mientras luchan por su vida,
en esta triste contienda,
donde te sabes triunfante
Espiral de luz argentina,
hoy yo vengo a saludarte,
muerte que en mi ser habitas,
Hasta el día que deba acompañarte,
seguiran fluyendo estas mis letras,
como fluye la tinta de mi sangre,
Muerte y vida, cielo y carne...
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