
Al primer tiempo,
Tu argentina crin,
Alebrestada por el viento,
Que se entrega, y desvanecerá en la arena.
En segundo tiempo
Juntos bajo la obscura cobija-manto,
Salpicada de destellos y serenas soledades,
Hasta que el diáfano confín del universo
Imprima su huella, firme, única, imborrable
Y a tres tiempos
Nos llenaremos de sal, y mar, y noche
Y tu cabello seguirá siendo ola,
En el horizonte que amanece, cómplice y sublime
Así el cuarto tiempo
Por fin habrá llegado,
Me enredaré de nuevo,
En los abriles, y los mayos,
Los junios, los veranos
Y todos los inviernos de tu carne
Cuando los arcoíris,
Recién desmañanados,
Despierten mis oídos,
Con cantos de colores,
Y armonías que vuelan,
Siendo libres, siempre libres
¡Bellas imágines, bellas! En particular esa estrofa que dice: Me enredaré de nuevo [...] los inviernos de tu carne.
ResponderEliminarme encanto!!!
ResponderEliminarun abrazo